sábado, diciembre 31, 2011

Las trastadas del Rey Herodes

El Nacimiento que poníamos en casa cuando yo era pequeña tenía una particularidad: el rey Herodes cobraba vida por las noches y hacía maldades en el tranquilo pueblo de Belén. Mi padre se enteraba de la catástrofe (nunca supimos quien se lo decía) y nos avisaba a toda la familia “El rey Herodes ha hecho una trastada”. A partir de ese momento, todos nos poníamos a examinar detenidamente el Belén para descubrir que había pasado. Podíamos encontrar un patito perdido en la nieve, un pastor suplantando a San José, un cerdito a punto de ahogarse o la estrella señalando en una dirección equivocada. El rey Herodes tenía una gran imaginación y las posibilidades eran infinitas. A veces costaba horas descubrirla, y mientras más difícil era, mayor el prestigio de quien la descubría.

El rey Herodes hizo trastadas durante muchos años. También mi hijo y los otros nietos salvaron a muchos personajes del Belén de las garras del rey Herodes cuando iban a casa de su abuelo.

jueves, diciembre 29, 2011

Visita

Ayer fuimos a ver a Manuel, un antiguo amigo de mi marido. Tiene un alzhéimer muy avanzado. Cuando llegamos estaba recostado en un sofá y nos recibió con una sonrisa. No sabemos si nos reconoció. Hablamos de cosas antiguas. Uno de los amigos, de vez en cuando le preguntaba ¿te acuerdas? y él sonreía y decía que sí con la cabeza.

Nos sentamos a la mesa con Manuel en la cabecera, al lado de Trini, su mujer, que nos había preparado una merienda cena muy rica. Ella de vez en cuando le acariciaba la mano o le besaba.

Cuando nos despedimos, Trini se esforzaba por contener la emoción, nos dijo cuantos nos agradecían la visita tanto Manuel como ella.

Una tarde en el ballet

El martes fui a ver el ballet El Cascanueces en el teatro Compaq Gran Vía (el cine Gran Vía de siempre). El teatro estaba prácticamente lleno y la gente aplaudió mucho, a nosotros desde luego nos encantó. Actuaba el Ballet Imperial Ruso, la coreografía era muy bonita y alegre y los bailarines estupendos. En el ballet también salen muchos niños, algunos muy pequeños, y lo hicieron de maravilla. También en el público había muchos niños que se lo pasaron en grande. La obra es un clásico de la Navidad en muchos países.

Me desilusionó un poco que no hubiera orquesta, sino que el sonido fuera grabado. Como hacía mucho que no iba a ver un ballet no sé si eso es lo normal. Me apetecía en especial ver tocar la celesta, que es una de las particularidades de la música del Cascanueces y me tuve que contentar con tratar de identificarla por el sonido.

Echamos en falta que nos dieran el programa con el argumento de la obra, lo que nos habría venido muy bien. Yo lo había leído el día anterior en la wiki, aunque sin demasiado detenimiento, ya que pensaba leerlo en el propio teatro. Además en la wiki decían que hay varias versiones por lo que preferí esperar a ver qué versión ponían.

Después del ballet cenamos a base de tapas en la Gran Vía, casi enfrente del teatro: huevos rotos, calamares, croquetas, queso y pan con tomate. Teníamos miedo de que fuera un sitio de guiris, pero no, todo estaba muy rico y nos llegó bien para los cinco que éramos. El precio, 13 euros por cabeza, para ser en la Gran Vía tampoco es mucho.

viernes, diciembre 23, 2011

Gafas para leer de lado en la cama

Me gusta, o más bien me gustaría, leer en la cama. Sobre todo ahora que tengo un e-reader y no molesto al que duerme conmigo. Pero hay un problema que no tenía cuando veía bien de cerca: se me clava la patilla de las gafas. Me gusta leer echada sobre un costado y la patilla queda aplastada entre mi cara y la almohada y se me clava. He probado a leer boca arriba, pero no me gusta nada, hay que sujetar el libro en el aire y resulta incomodísimo.
Si se busca en internet "gafas para leer en la cama" se encuentran unas gafas en forma de prisma que tienen este mismo problema.
Yo ya he pensado como tienen que ser mis gafas, pero ¿dónde las compro?¿las tengo que fabricar en plan casero?.
Serían unas gafas, que en vez de patillas tuvieran unas cintas para atarlas detrás de la cabeza o, mejor aún, una goma como los antifaces. Los cristales tienen que ser pequeños para que no se descoloquen al apoyar la cabeza en la almohada. Se me ocurren dos posibilidades para tratar de hacerlas:
A unas gafas (mejor viejas por si acaso) quitarles las patillas, hacer unos taladros en los extremos exteriores de la montura y meter una goma por esos agujeros a la medida de nuestra cabeza.
A un antifaz, hacerle un hueco en cada ojo y coser los cristales en ellos. Para poder coser los cristales haría falta que tuvieran pequeños agujeritos alrededor por donde meter la aguja. Como no creo que estos cristales existan, será mejor pegarlos con algún tipo de pegamento.
Las dos opciones me parecen completamente fuera de mis habilidades y supongo que de la mayoría de las personas corrientes. Así que habrá que esperar a que en China se le ocurra a alguien fabricarlas.

miércoles, diciembre 14, 2011

Dos grapas y Bankia

Hoy he ido a mi sucursal de CajaMadrid, ahora Bankia, a pagar dos recibos de unos cursos a los que estoy apuntada. Cada uno de los recibos estaba formado por tres hojas sujetas por una grapa.
Cuando se los he entregado al cajero, me ha mandado quitar las grapas, porque "esto hay que entregarlo sin grapas" (para que la máquina lo lea). Yo he protestado, pero las he quitado con un quitagrapas que le he tenido que pedir para no romperme las uñas.
Aunque me alegro de haber protestado, ya que le dicho que no es mi obligación quitar las grapas y que él no tiene porqué mandármelo, me he arrepentido de haberlas quitado.
Creo que simplemente me tendría que haber negado, él habría tenido dos opciones: no cobrar los recibos (bajo su responsabilidad) o quitarlas él mismo.