sábado, julio 03, 2010

Desgracia (J.M. Coetzee)

Coetzee (ciudad del Cabo, 1940) es un profesor de literatura que ha conseguido con sus libros un gran prestigio en los países de habla inglesa y que ha sido galardonado con el Nóbel de Literatura en el año 2003.
El protagonista, David Lourie, es un profesor de 52 años, divorciado, que seduce a una alumna de 20. Ella lo denuncia y se forma un escándalo que hace que le expulsen de la Universidad. La expulsión se ve propiciada sobre todo por el orgullo del profesor que se niega a pedir disculpas ni a defenderse.
Lourie nunca ha tenido gran interés por la enseñanza y decide aprovechar la circunstancia para lo que de verdad le interesa, escribir una ópera sobre Lord Byron y su amante Teresa, obra a la que no consigue dar forma a pesar de algunos momentos aislados de inspiración.
El profesor se va a vivir con su hija, que se ha establecido en el campo y vive de cultivar las tierras y alojar perros que le llevan los dueños. Lourie no puede entender este tipo de vida ni que viva en un lugar tan peligroso para una mujer blanca, como se demuestra cuando tres individuos asaltan la casa y la violan mientras mantienen encerrado al padre.
A mi entender el libro toca aspectos de índole muy distinta: el problema de la sexualidad del hombre que al hacerse mayor ya no atrae a las jóvenes; la insatisfacción de un trabajo para el que no tiene vocación y la idealización de otro; el país en el post-apartheid, cuando los derechos son los mismos para todos, pero las costumbres son distintas y los miedos y rencores raciales subyacen; el contraste de la vida del campo para una persona de una gran ciudad y sobre todo la dignidad de los animales. Este es un aspecto muy importante del libro, Lourie, que nunca ha prestado mayor atención a los animales, descubre allí su dignidad y habla sin complejos del alma de los animales.
El libro está escrito en un estilo muy conciso, incluso cortante, el narrador es el protagonista y escribe en presente, pero emplea la tercera persona como si no fuera con él lo que está contando. Esto ayuda a perfilar el carácter del profesor, poco amigable, que no se implica con nadie ni siquiera consigo mismo, con la única excepción de su hija por la que realmente se preocupa. Llama la atención que nunca indica directamente la raza de los personajes cuando los describe.
Si tengo que opinar si el libro me ha gustado o no, no sabría que decir, el protagonista no me cae bien, los otros personajes tampoco, la historia me resulta amarga, fría y voluntariamente desapasionada. El tema de los animales tampoco a mi me implica y excepto en algún momento concreto no consigo “sentirlo”. A pesar de todo, he leído de corrido el libro y no me arrepiento de haber empleado unos días en él.