Cumbres borrascosas es un libro clásico de Emily Brontë escrito en el siglo XIX en plena época victoriana. Me ha resultado difícil dictaminar si me ha gustado o no, ya que en una primera impresión se podría calificar como un dramón ya desfasado. Sin embargo, después de darle algunas vueltas he llegado a la conclusión de que sí, de que me ha gustado. Me ha gustado porque lo he leído de corrido, sin aburrirme, en apenas una semana, la historia me ha interesado durante todo el tiempo y me ha hecho sentir intensamente los sentimientos de amor, odio, crueldad y despecho de los personajes. Y por último la ambientación tan localizada, las costumbres tan rígidas en contraste con los espíritus mucho más libres de algunos de los personajes, me han fascinado.
No me extraña que sea un clásico de la literatura, que haya merecido que sus personajes pasen a la posteridad y que tantos directores hayan estado tentados de llevarlo al cine. Yo he visto la versión de 1993 de Juliette Binoche, que no hace honor a la novela, pero hay varias versiones más.
Desde el punto de vista literario me ha llamado la atención la idea de los dos narradores, el inquilino y la criada, que es una narradora al narrador. La intervención del primer narrador, el inquilino, en la historia es muy pequeña mientras que la intervención de la criada es fundamental, pudiéndose considerar uno de los personajes de la novela.
En el libro he encontrado muchos fallos, frases mal escritas o que apenas se entienden, pero imagino que se deben a una mala traducción.
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