sábado, enero 21, 2012

Anécdota en el autobús

Roberto, que ya disfruta del abono transporte amarillo de los mayores, iba en el autobús sentado en uno de los asientos reservados para ellos. Al ver a una señora de más edad se ha levantado y le ha cedido el asiento. Esta, una mujer de aspecto elegante, sin dar las gracias, ha considerado estrecho el espacio que Roberto le había dejado para pasar y ha dicho con tono exigente ¡Pero apártese y déjeme pasar!. La señora, una vez sentada, ha comenzado a despotricar en voz alta contra Roberto, para que le oyera todo el mundo: que si se cree que me ha hecho un favor, que es su obligación porque estos son los sitios para mayores, que si la mala educación “zapateril”… y así ha seguido durante todo el trayecto.
Hay que decir que Roberto destaca especialmente por su buena educación, siempre pendiente de no molestar a nadie y ayudar tanto a los conocidos como desconocidos.

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