Ahora resulta mucho más engorroso, cada marca tiene en la planta una especie de minitienda donde exponen su propia confección. El proceso de compra implica un recorrido por todas las minitiendas y una búsqueda en cada una de la prenda deseada, búsqueda ciertamente complicada, ya que ni los límites entre las marcas se ven claros ni la organización es homogénea, sino que cada una sigue su propio criterio. Cada posible hallazgo implica solicitar la atención de la correspondiente dependienta y una visita al probador. ¡Qué pereza!
Apenas queda un pequeño residuo del método antiguo, unos pocos percheros que no son de "las marcas" y que suelen ser mi tabla de salvación.
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