domingo, marzo 24, 2013

Sábado por la noche y domingo por la mañana (Alan Sillitoe)



Había estado leyendo hace poco “La soledad del corredor de fondo” del británico Alan Sillitoe y me entró gana de conocer algo más de este autor. Con este motivo he leído ahora su otro libro más famoso: “Sábado por la noche y domingo por la mañana”.

El libro transcurre en un barrio obrero inglés, en los años siguientes a la segunda guerra mundial. El protagonista, Arthur, es un joven trabajador en la cadena de montaje de una fábrica de bicicletas. Se considera bien remunerado por su trabajo, ya que la paga le permite comprarse buena ropa y salir a divertirse los fines de semana con alcohol y mujeres. Arthur es bravucón, violento y rencoroso. La trama de la novela consiste principalmente en la narración de sus borracheras, ligues, peleas y las mentiras a los que recurre para disfrazar estas poco ejemplares hazañas. Un personaje que en principio no debería suscitar simpatía alguna en el lector.

Sin embargo, el otro aspecto de la novela, su verdadero eje, es el discurso mental del protagonista. Este discurso, que nos va describiendo su pensamiento, es lo que humaniza al personaje.   Así vemos como Arthur se autoconvence de la buena vida que lleva y se lo repite con frecuencia, enumerando todas las ventajas que tiene: trabajo, dinero, diversión. Pero a la vez vemos como es consciente de que esto no es así, de que su vida está marcada por la clase social a la que pertenece: las viviendas sociales del barrio obrero, el duro trabajo a destajo, la falta de sueños y expectativas... Su rencor se condensa en “los otros”, esa clase social de dirigentes económicos y políticos, a los que, más por instinto que por razonamiento, odia y desea todos los males.

El libro entiendo que es una descripción realista de la vida en esa época en que la violencia campaba por sus respetos tanto en la familia como en la sociedad. Sillitoe era hijo de un obrero de una fábrica y debía conocer bien el ambiente.

A pesar de que se escribió 1958, la analogía con la situación actual es innegable. Las juergas de Arthur recuerdan mucho a los botellones actuales, aunque quizá éstos no tengan la misma motivación. Y los sentimientos de rabia y rechazo de “lo que hay” están cada vez mas extendidos en la sociedad, habiendo encontrado ahora válvulas de escape colectivas.

Es un libro interesante y bien escrito, aunque me ha resultado un poco machacón con los pensamientos de Arthur (reconozco que algunos párrafos los he leído en diagonal). Puede que sea el recurso literario utilizado por Sillitoe para mostrar la sutil evolución del personaje, pero a mí  me falte algo de paciencia lectora…